
Gobernado por el sol, vinculado con el misterio de la individualidad
y el destino de seguir un camino de maduración, que se descubre en la búsqueda
y desarrollo de la esencia individual. Sekmeth, la diosa solar egipcia, tiene cabellera leonina y arrasa a la tierra con su cólera. La búsqueda de realización individual es la pauta básica especialmente
para leo, es su Daimon.
La creación más importante de Leo tiene que ver consigo mismo.
El relato de la lucha del hombre con una bestia se relaciona con el signo; esta lucha
refleja el conflicto existente entre el desarrollo del ego y sus raíces instintivas,
que deben ser dominadas para que el individuo pueda llegar a serlo. Los atributos leoninos,
son atributos fieros, de sangre caliente, alejados de la sabiduría. La emocionalidad
es esencialmente bestial, de modo que las personas en este estadio solo pueden ser tratados
con la circunspección propia de la jungla o siguiendo los métodos del domador
de fieras. El corazón de leo se encuentra profundamente herido por las reacciones
de sus compañeros ante sus excesos. Él intenta hacerlo lo mejor posible pero
los otros no parecen apreciarlo y se enfadan. Así mismo, el padre está ausente
o profundamente herido y no puede proporcionar al hijo o hija la sensación de
renovación profunda que necesita y así se ven abocados a buscar, a través de la aventura
de su vida, este principio paterno. El cometido principal es el descubrimiento
de lo que significa ser individuo. La individualidad es prerrogativa de hombre y mujer
del signo, los verdaderos forjadores de su personalidad son la compasión y la comprensión
de los recursos más profundos del ser humano.
Un rey custodia un misterioso objeto o recipiente que preserva
mantiene y dispensa la vida, en un castillo oculto o difícil de encontrar.
El rey sólo puede sanar si un noble caballero encuentra el castillo y ante su visión formula una pregunta determinada. Parsifal huérfano de padre, vive con su madre en un bosque aislado. Cinco caballeros
con brillantes armaduras atraviesan cabalgando el bosque cuando Parsifal
los ve y queda deslumbrado y decide convertirse en caballero. Su madre no
quería, pero él parte sin siquiera decir adiós y su madre muere inmediatamente de
aflicción. Al comienzo Parsifal es tosco y rudo, en realidad es el rey en su forma animal, el que será rey inconsciente, dominado por el afecto. Al final del camino desemboca en un profundo río en el que no
parece haber vado alguno para cruzarlo. Siguiendo su destino llega al final,
al lugar donde debe comenzar su tarea. Ahí se encontró con un pescador a quien
preguntó por el camino que conducía al castillo del Grial y entonces el castillo apareció
ante sus ojos. Las puertas están abiertas y el Pescador-rey lo esperaba. El rey estaba herido en la ingle, no podía procrear, su masculinidad estaba lesionada, un claro símbolo de castración. Entonces apareció
ante Parsifal la visión de una espada, de una lanza goteando sangre, de una doncella
que llevaba el Grial de oro adornado con piedras preciosas y otras doncellas con
una fuente de plata. Parsifal no acertó a decir nada y se retiró a descansar, pero
al despertar el castillo había desaparecido y le preguntó a una mujer con la que se encontró dónde había ido a parar. Si hubiera preguntado Quien sirve el Grial? El rey hubiera sanado y el país hubiera salido de
su letargo. Enfrentado por primera vez con su destino había fallado. Sólo
volvería a encontrarse con él cuando alcanzara la madurez y compasión necesarias.
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