
El pez es un símbolo pagano y cristiano al mismo tiempo. Símbolo de naturaleza femenina. Los Asirios rendían culto al Pez de la diosa Atargatis, su hijo
un pez Ictio se convirtió en el dios babilonio Ea. El daimon del signo es encarnar el aspecto
ambivalente de la naturaleza, destructivo y prometedor de vida eterna.
El tema redentor –
víctima es un tema central en la simbología de Piscis. Un pisciano puede
identificarse con la víctima y convertirse en alguien a quien la vida ha destrozado
o puede identificarse con el redentor del sufrimiento. Suele decirse que personifican
tanto el sufrimiento como la redención y, en cierto modo, esto es verdad ya que
sólo quien se ha sentido injuriado tiene capacidad de sentir compasión. Para Picis
el mundo caótico de la madre siempre es desagradablemtne sofocante. Puede encontrarse
con una gran fuente de inspiración artística en el mundo acuoso, el mundo del
inconsciente. Frecunetemente se ven comprometidos en relaciones con personas que
representan para ellos el mundo caótico de la madre y se ven obligados a acercarse
de modo vicario a las profundidades, convirtiéndose en enfermeros de la locura.
El lado terrible y sombrío es que pueden tener inconscientemente mucho que ver
con el mantenimeitno de la enfermedad.
En la mitología la madre de Dionisios recibe varios nombres,
entre ellos Deméter a quien Zeus raptó o Semele la hija del rey de Tebas. Hera celosa como
siempre, se presentó ante la muchacha bajo el aspecto de una vieja amiga suya y la
convenció para que le pidiera al dios que se mostrara bajo su verdadera forma. Semele,
ignorante de que eso podría destruirla, arrancó al rey de los dioses la promesa de
que cumpliría cualquier deseo y le pidió que se revelara. Se vio reducida a cenizas
cuando Zeus se presentó en forma de truenos y rayos. Pero Hermes salvó al hijo nonato de
Semele y lo introdujo en el muslo de Zeus. Dionisios es llamado el dos veces nacido.
Es un varón afeminado, representado frecuentemente como un joven de rasgos suaves y
afeminados. Siguiendo las órdenes de Hera los Titanes lo apresaron y terminaron despedazándolo,
pero su abuela Rea lo rescató y resucitó. Lo vistió de mujer para que viviera
en secreto. Cuando creció Hera lo encontró de nuevo y lo enloqueció, por lo que
el dios vagabundeó por todo el mundo acompañado de su tutor Sileno y las desenfrenadas
Ménades. En sus viaje enseñó el cultivo de la vid y luego volvió a Tebas. El
rey Penteo, el que sufre, disgustado por el comportamiento del dios le mandó arrestar.
Pero Dionisios volvió loco al rey y Penteo descubrió que había encarcelado a un toro en
lugar de al dios. Entonces las Ménades se alejaron furiosas a las montañas donde
descuartizaban los animales que encontraban, inflamadas por el vino y el éxtasis
religioso, acaudilladas por Agave, la madre del rey, le despedazaron miembro a miembro
y le rompieron la cabeza a Penteo. Así el rey siguió el mismo destino que el dios
a quien rechazó.
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