
El símbolo de Capricornio es el macho cabrío, uno
de los emblemas más antiguos del libertinaje, la lujuria y la fertilidad;
el daimon sigue una dirección descendente, y el espíritu, vivificado por
la revelación de la luz de los cielos, se dispone a padecer su iniciación en la
esclavitud en el nombre del padre. Para Homero, el planeta Saturno tiene dos
Titanes que presiden su poder. El Daimon de Capricornio reside en el ciclo
de que el hijo derroca al padre y posteriormente será derrocado por su propio
hijo.
El tema mítico que se encuentra en el signo
es la confrontación entre padre e hijo. El viejo rey debe morir,
el nuevo debe nacer, entre ambos debe tener lugar una lucha y, en el mismo momento de la muerte, ambos se revelan como uno. La primera parte de la vida de Capricornio está marcada
por la prisión, la limitación y la esclavitud y este
tema puede representarse bajo la forma de un trabajo con
el padre, de un matrimonio con la mujer a quien se ha dejado encinta o de cualquier otro tipo de obligación que parezca interminable. Capricornio siempre se decepciona del padre personal
porque el padre que quiere es nada menos que divino. La moralidad
y la inmoralidad, la ley y la ilegalidad parecen participar de los opuestos
polares de Capricornio. El hijo debe afrontar el castigo del
padre para terminar encontrando que el padre está dentro de sí mismo y el padre, el viejo rey, debe hacer frente a la rebelión del hijo para terminar encontrándose con su propio espíritu
juvenil, que pensaba haber perdido tiempo atrás. La iniciación
del hijo por parte del padre es una experiencia interna
predestinada que supone dejar de considerar al padre como perseguidor, por su insistencia en que el joven acepte las reglas y condiciones del mundo y llegar a verlo como un padre compasivo y un alma inmortal, parece ser el sendero arquetípico de Saturno.
El joven no quiere aceptar las condiciones ni considera
necesaria la preparación, no acepta la demora. Para él todo
debe suceder instantánea y espontáneamente. La aceptación de la responsabilidad terrenal y la limitación también forman parte del proceso que conduce de hijo a padre. La confianza
de Capricornio es insignificante a menos que esté seguro
frente a su desesperación, por ese motivo el fracaso
es un aspecto que forma parte del paisaje interno de Capricornio.
Cronos y Rea, dos dioses de la tierra, engendrados
en Gaya por Urano, el dios del cielo. Cronos, repudiado
por su fealdad, fue desterrado a Tártaros pero Gaya persuadió a sus hijos para que se rebelaran contra su padre, y armó a Cronos, el más joven de los siete, con una afilada hoz, símbolo de la luna y del poder de la diosa. Cronos cogió los genitales de su padre con la mano izquierda y los cortó con la hoz, arrojándolos
a continuación al mar. La sangre que fluía de la herida
fue a parar a Gaya, la tierra, y dio a luz a las Erinias.
El viejo rey Cronos, sabiendo perfectamente que deberá enfrentarse al mismo destino que su propio padre, se come a sus hijos para protegerse de la amenaza que representan para él, pero el hijo oculto se rebela contra él y termina matándole. Cronos es derrocado por el joven Zeus.
|